sábado

Una Carta de Mamá

No alcanzamos a entender bien como llegó… orábamos … y de pronto… como si nada apareció a un lado del Santísimo… ahí estaba, ese sobre medio amarillento, apenas apoyado, y decía en letras doradas… “a mis hijos amados, los más Pequeños”, apenas abrimos el sobre un hermoso olor a rosas inundó todo el lugar… en letra manuscrita, y redondita, tan hermosa y sublime como los pétalos de una flor, se encontraba esta carta que decía:

“Entiendo tu sufrimiento y por eso quiero acompañarte en tus momentos de Dolor…
He llorado como tú; por eso puedo entender tus lágrimas… permíteme consolarte…

He padecido, -como tú-, angustia, desesperación y la impotencia de no saber que hacer en más de una ocasión, por eso puedo comprenderte, y no me es ajena tu aflicción…
Lo hice por mi hijo, siempre estuve a su lado… y hoy también lo hago por ti mi hijo amado.

Permíteme decirte que conozco el dolor en toda su dimensión. Que como humana que fui yo también sentí temor, soledad, tristeza, enfermedad…

Permíteme decirte que gracias a estos momentos difíciles conozco el amor en toda su magnitud, que la gracia y la virtud se fortalecen si las penas se ofrecen.
He gozado como tu-, alegrías; he disfrutado bellos momentos; como tú también he sonreído y vivido en beneplácito por las Bondades de Dios Padre…

Escucha hijos mío el más pequeño: yo de ti ni un solo instante me he apartado… estoy en tu alma… en tu espíritu, cerca de tu corazón y tu alma… acompañándote en silencio.
Tú quizás no te hayas percatado… pero allí estaba acariciando tus cabellos… besando tu frente… limpiando las lágrimas de tu rostro-, abrazándote…pero tu corazón estaba tan opacado por el dolor y la tristeza, que ni siquiera percibiste mi presencia.
Estoy intercediendo desde los tiempos de mi hijo, le dio a la humanidad un sentido espiritual para enseñarles que la carne y el cuerpo son temporales, y que solo el alma, es perdurable.

Por eso… si estás sufriendo algún dolor… NO TEMAS !!!, que nunca te he dejado solo; si estás sintiendo tristeza es para tu fortaleza.
Acércate a mí… que como Madre… quiero darte un rayo de luz.
Más aún cuando sientas felicidad, plenitud y gozo, mira mi rostro después del calvario y la muerte, ya que sobre todas las cosas el AMOR nos ha resucitado.
¡He aquí que soy tu Madre!, porque lo que hice por mi Hijo Jesús lo hago llena de gozo hoy también por ti, mi hijo bien amado.”
Tu Mamá… María
OREMOS
María Reina y Madre de la Misericordia divina de Nuestro Señor Jesucristo, Madre de las madres clamamos a ti en este día, para que pidas a tu Hijo, Rey de reyes y Señor de Señores derrame una lluvia de bendiciones sobre mi Madre, llénalas de tu gracia, misericordia y fortaleza, úngela con tu amor eterno, aceite bendito que enciende sus corazones para que sean fuente de luz en sus familias.
Señor, Padre Mío… te ruego que pases tu mano poderosa sobre ella, y sanes todo dolor físico y enfermedad que padece, si es tu Santa voluntad.
Te pido Señor que por los sufrimientos de la corona espinas, libre Señor mío, todo padecimiento psicológico, toda angustia, toda herida que producen recuerdos dolorosos, sana su mente… sana su memoria… Sana Señor cada uno de sus recuerdos.
Por tus Sagrados piés que fueron clavados en la cruz, por esos piés que caminaron desiertos y soportaron abrojos, te pido Señor guíes a mamá por senderos rectos a tu infinito Amor y Bondad, y en la hora de la muerte, llévala a la presencia de Dios Padre.
Por tu costado abierto, por la Sangre bendita que emanaste de esa herida Jesús mío libérala de toda opresión que quiera ejercer el maligno. Por el agua que salió de tu costado y que nos recuerda las aguas de nuestro Bautismo libérala de la tentación y el pecado y socórrela en la hora de la muerte.
Por tu Sagrado corazón, preserva su alma y espíritu y que cada latido de su corazón sea como una oración elevada a ti, y que cada día esté mas cerca del tuyo.
Gracias Señor, Bendito y Alabado seas por siempre.
AMÉN

LA ALEGRÍA DE TENER UNA MADRE CELESTIAL
Cristo Jesús vino al mundo para traer a los hombres la paz y la alegría (Jn. 15,11;17,13), al nacer lleno de alegría a unos humildes pastores (Lc.2,10) al resucitar de entre los muertos alegró a los discípulos, al subir al cielo dejó a los apóstoles en un estado de gran alegría (Lc. 24, 52).
La iglesia esposa de Cristo puso siempre su alegría cada vez más intensa. Cuando Jesús vino a nosotros por medio de María, la iglesia fue comprendiendo en forma gradual que la Santísima Virgen Madre de Dios, por su cooperación en la encarnación del verbo, es la causa, origen y fuente de tanta alegría.
María, Madre de los cristianos, Madre entre todas las Madres, Madre de Dios.
La madre desempeña un papel esencial en la vida de cada persona. ¿Esto iba a ser diferente en el caso de Jesús?.


Aquí tienes a tu Madre

Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo.»Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre.»Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.Jn 19, 26-27

Desde aquel día María pasó a ser Madre de cada uno de los Cristianos, como no ver en ella a una Madre amorosa, que luego de morir su hijo en la cruz toma entre sus brazos su cuerpo. Cuantas veces morimos en la vida, y mamá está a nuestro lado. Con sus caricias amorosas que reconfortan, con sus besos que nos fortalecen... Mamá... y Mamá del cielo... dos veces afortunados somos por las dos Mamás que tenemos.

Discípulo ¿quieres recibirla en tu casa?, ¿cuál es tu casa?, no es acaso tu corazón, ella es la intersesora que limpia esa casa para que habite Dios hecho hombre. Hermano... deja que esa Madre amorosa entre en tu vida.

La Virgen María es la Madre de todos los hombres y especialmente de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, desde que es Madre de Jesús por la Encarnación. Jesús mismo lo confirmó antes de morir, dándonos a su Madre por madre nuestra en la persona de San Juan, y el discípulo la acogió como Madre; nosotros hemos de tener la misma actitud que el Discípulo Amado. Por eso, la piedad de la Iglesia hacia la Santísima Virgen es un elemento dentro del culto cristiano. Vamos cumpliendo así la profecía de la Virgen, que dijo: "Me llamarán Bienaventurada todas las generaciones" (Lc 1,48). María es Madre de la Iglesia porque, al ser Madre de Cristo, es también madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia, que forman con Cristo un solo Cuerpo Místico. Con su caridad maternal y su colaboración en el Sacrificio de Cristo, participó en nuestra reconciliación, que aplica a los hermanos de su Hijo todavía peregrinos con su constante y amorosa intercesión.Por eso María es llamada Cooperadora y Mediadora de la redención, con su amor y sacrificio acompañó a Jesús en cada dolor... y con ese mismo amor acompañó a los discípulos luego del calvario cuando estaban asustados y temerosos.

Querés ejemplo más claro de lo que una Madre hace por su hijo, mirá a María... y verás lo que una Madre puede soportar y hacer por amor a su hijo.

RUEGA POR NOSOTROS, MADRE DE LA IGLESIA

Ruega por nosotros,

Madre de la Iglesia.

Virgen del Adviento,

esperanza nuestra,

de Jesús la aurora,

del cielo la puerta.

Madre de los hombres,

de la mar estrella,

llévanos a Cristo,

danos sus promesas.

Eres, Virgen Madre,

la de gracia llena,

del Señor la esclava,

del mundo la reina.

Alza nuestros ojos

hacia tu belleza,

guía nuestros pasos

a la vida eterna.





MINISTERIO DE MÚSICA MANANTIAL

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