sábado

MENSAJE DEL PREDICADOR DEL PAPA:
13 de Abril de 2008 - Jesús el Buen Pastor
«El amor evangélico es el gran ausente de las sectas»Comentario del padre Cantalamessa a la liturgia del próximo domingo
ROMA, viernes, 11 abril 2008 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap. --predicador de la Casa Pontificia-- a la Liturgia de la de este domingo.

IV Domingo de Pascua
Hechos 2,14a.36-41; 1 Pedro 2, 20b-25; Juan 10, 1-10

Yo soy el Buen Pastor
Este es el domingo del Buen Pastor, pero por una vez no es en Él en quien vamos a concentrar la atención, sino más bien en su antagonista. ¿Quién es el personaje definido «ladrón» y «extraño»? Jesús piensa, en primer lugar, en los falsos profetas y en los pseudomesías de su tiempo que se hacían pasar por enviados de Dios y liberadores del pueblo, mientras que en realidad no hacían más que mandar a la gente a morir por ellos. Hoy estos «extraños» que no entran por la puerta, sino que se introducen en el redil a hurtadillas, que «roban» las ovejas y las «matan», son visionarios fanáticos o astutos aprovechados que especulan con la buena fe y la ingenuidad de la gente. Me refiero a fundadores o jefes de sectas religiosas que pululan por el mundo.
Cuando hablamos de sectas, sin embargo, debemos prestar atención para no poner todo en el mismo plano. Los evangélicos y los pentecostales protestantes, por ejemplo, aparte de grupos aislados, no son sectas. La Iglesia católica desde hace años mantiene con ellos un diálogo ecuménico a nivel oficial, cosa que jamás haría con las sectas.
Las verdaderas sectas se reconocen por algunas características. Ante todo, en cuanto al contenido de su credo, no comparten puntos esenciales de la fe cristiana, como la divinidad de Cristo y la Trinidad; o bien mezclan con doctrinas cristianas elementos ajenos incompatibles con ellas, como la reencarnación. En cuanto a los métodos, son literalmente «ladrones de ovejas», en el sentido de que intentan por todos los medios arrancar a fieles de su Iglesia de origen para hacer de ellos adeptos de su secta. Habitualmente son agresivos y polémicos. Más que proponer contenidos propios, pasan el tiempo acusando, polemizando contra la Iglesia, la Virgen y en general todo lo que es católico. Estamos, con ello, en las antípodas del Evangelio de Jesús que es amor, dulzura, respeto por la libertad de los demás. El amor evangélico es el gran ausente de las sectas.
Jesús nos ha dado un criterio seguro de reconocimiento: «Guardaos de los falsos profetas --dijo--, que vienen con vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis» (Mt 7,15). Y los frutos más comunes del paso de las sectas son familias rotas, fanatismo, expectativas apocalípticas del fin del mundo, regularmente desmentido por los hechos.
Hay otro tipo de sectas religiosas, nacidas fuera del mundo cristiano, en general importadas de oriente. A diferencia de las primeras, no son agresivas; más bien se presentan «con disfraz de cordero», predicando el amor por todos, por la naturaleza, la búsqueda del yo profundo. Son formaciones a menudo sincretistas, o sea, que agrupan elementos de diversas procedencias religiosas, como es el caso del New Age.
El inmenso perjuicio espiritual para quien se deja convencer por estos nuevos mesías es que pierde a Jesucristo y con Él esa «vida en abundancia» que ha venido a traer. Algunas de estas sectas son peligrosas también en el plano de la salud mental y del orden público. Los recurrentes sucesos de plagio y de suicidios colectivos nos advierten hasta dónde puede llevar el fanatismo de algún jefe sectario.
Cuando se habla de sectas, sin embargo, debemos recitar también un «mea culpa». Con frecuencia las personas acaban en alguna secta por la necesidad de sentir el calor y el apoyo humano de una comunidad que no encontraron en su parroquia.
[Traducción del original italiano por Marta Lago]

13 de Abril

Jesús el Buen Pastor

Carta de una oveja negra a su Pastor

Querido Amigo:
hoy me he decidido a escribir esta carta, simplemente para agradecerte todo lo que has hecho por mí.
Los mayores que te conocen y me conocen, me hablaron del día en que nací, y como en toda mi vida tú estabas allí, apenas nacía, vieron a esta oveja negra, y ya muchos me miraron mal, muchos me miraron de reojo, porque era diferente.
No era igual a ellos... vos me tomaste entre tus brazos sin dudar, vos me cobijaste, me diste ese dulce amor que nadie se animaba a dar.
Luego crecí, y a mayor ritmo se acrecentaba mi curiosidad , corría de un lado a otro felizmente, pero notaba que no me trataban igual a los demás. Los grandes me corrían y espantaban como si fuera una mosca.
Aveces deseaba un mimo, un cariño... o simplemente que me alzaran, porque me sentía cansado... pero no... ellos se hacían los que no me veían.
Pero vos, mi dulce y gentil pastor, al acudir triste a tus brazos, siempre estaban abiertos para recogerme... para cobijarme.
Un día no te ví... miré alrrededor y no estabas... me enojé... me ofusqué. Así me fuí del rebaño... huí, no quise saber de vos.
Mucho tiempo estuve solo... me sentí enojado... y en ese huir me metí en el lodo... me hundía y no me importaba... todo era tan negro!!!.... daba todo igual... y en ese momento apareciste... Tú me buscaste... estiraste las manos y me recogiste... me rescataste... me limpiaste y a pesar de ser una oveja negra que te negó... que se fué de tu lado... nuevamente me recogiste en tus brazos... y sentí tu amor, no te importó mi barro. No te importó cuan sucio estaba, en el calor de tu abrazo amoroso, me sentí de nuevo un pequeño, en el calor de tu amor sentí nacer de nuevo.
Mi dulce Pastor, no deje que me vaya de tus brazos, no dejes que me aisle de tu rebaño, no dejes que me hunda en el lodo, no dejes que me vaya sin conocer tu profundo amor.
Te saluda con mucho amor
Tú Oveja Negra
Reflexión :
¿esta carta bien podría ser nuestra?, ¿nosotros no actuamos con nuestros hermanos como los mayores actuaron con la oveja negra?.
Pensá en los chicos de la calle, en los enfermos, en los que padecen una discapacidad. ¿que paralelo puede haber con esta carta?. ¿actuamos como pastores.

MINISTERIO DE MÚSICA MANANTIAL

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